
Labios rojos que me hablaban,
yo no la oía.
Y que le digo ahora, no lo sé.
Una luz se encendía de pronto y pensé
que este encuentro casual,
no era casualidad, me acerqué.
Cuenta la historia
que a mi encuentro llegó,
una tarde llena de gente
ya casi a las dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario